Los veranos en Torrelles marcaron la infancia de Miriam. Mañanas de piscina y rio y tardes en bicicleta entre viñedos y almendros con los niños. De merienda un panecillo y sorbos de agua fresca de las muchas fuentes del pueblo y alrededores. Siempre tuvo claro que quería ser maestra y así fue. Toda una vida dedicada al mundo 0-3.